Ciclo de presentaciones de libros del INHUS

Investigadores del INHUS presentaron sus libros de Historia de Mar del Plata

En el marco de la edición especial por los 150 años de Mar del Plata del Ciclo de Presentaciones de Libros del INHUS, se presentaron los libros de Bettina Favero, Víctor Pegoraro y María Liliana Da Orden de la colección "Mar del Plata entre el Mar y la Pampa", así como el libro "El apogeo de la ciudad de todos", compilado por Elisa Pastoriza y Melina Piglia, todos editados por Eudem.


Bajo una modalidad de conversatorio se realizaró el pasado viernes 17 de mayo en la sede del INHUS, la presentación de los libros con la presencia de sus autores.

Al inico, Bettina Favero presentó la colección Mar del Plata, entre el Mar y la Pampa y, a continuación, el libro de su autoría que forma parte de la misma, La “pequeña Italia. Una comunidad portuaria”:

Entre las numerosas comunidades de inmigrantes que se radicaron en Mar del Plata desde su fundación, los italianos ocuparon un lugar destacado. Si ya en las primeras crónicas de la ciudad la colectividad sobresale, con el correr del tiempo, especialmente a partir de 1920, se vuelve protagonista central de la vida marplatense. Es hacia esos años que la zona portuaria comienza a adquirir un aire italiano particular. La instalación, en el barrio, de gran cantidad de familias de ese origen, lo convierte en una “pequeña Italia”, un espacio marcado por tradiciones, por formas de sociabilidad, por la pervivencia del idioma.

La “pequeña Italia” evolucionó con el tiempo: luego de la Segunda Guerra Mundial, nuevas olas inmigratorias renovaron y, a la vez, cambiaron el carácter original del barrio, que mantuvo una fuerte identidad hasta la década de 1970.

A través de las voces de aquellos que formaron parte de la comunidad italiana del puerto marplatense, este libro reconstruye las vidas de hombres y mujeres que, con sus prácticas, sus costumbres, su acervo cultural, dejaron una marca inolvidable, de la cual aun hoy se encuentran rastros.

 

Luego, realizó el comentario sobre su libro "Cruzar el océano. Inmigración , familia y trabajo" de María Liliana Da Orden:

Desde sus inicios Mar del Plata se vio configurada por la inmigración transoceánica, fenómeno  que aun hoy se evidencia en la memoria de muchas familias y en las expresiones de su patrimonio cultural y material.  No en vano, cuando la ciudad era conocida como villa balnearia, cerca de la mitad de la población provenía del otro lado del océano, un hecho en buena medida reactivado con la oleada de posguerra.

¿Por qué vinieron los inmigrantes a Mar del Plata? ¿En qué actividades se ocuparon? Una vez  establecidos, ¿Cómo formaron su familia? Y en relación con todo ello, ¿hasta qué punto pudieron alcanzar su anhelo de progreso? Estas cuestiones son abordadas a través de ciertos colectivos migratorios: españoles e italianos, la mayoría, y también sirios, libaneses y judíos, algunos de los menos conocidos. Cada uno con sus particularidades y diferencias internas; con lo que los acercaba o los separaba de la sociedad argentina.

A través de fuentes inéditas, cartas, entrevistas y fotografías, las historias personales y familiares se conjugan y dialogan con el contexto más amplio, nacional e internacional. Así se busca comprender la historia de la inmigración aquí asentada, pero también la de Mar del Plata desde los tiempos del poblado rural a la ciudad de masas de los años sesenta, considerando hitos como el turismo, la economía o la sociedad.

 

Para cerrar las presentaciones de los libros de la colección, tomó la palabra Victor Pegoraro presentando "Mar del Plata vertical. Piqueta, construcción y progreso": 

Mar del Plata se creó como un negocio inmobiliario. No una sola vez —en su fundación— sino dos veces: a mediados del siglo XX, los edificios en altura transformaron la ciudad tradicional, modificando el paisaje urbano y también la sociología, la economía y la imaginación de la ciudad. Esa “segunda fundación” destruyó patrimonios, pero fue realizada con una inmensa capacidad de trabajo local al servicio de ciertas ideas procedentes del gran mundo: el progreso, la modernidad, el consumo.

En las décadas de 1950 y 1960 los edificios florecieron en el centro, y la venta de departamentos turísticos fue furor. Los libros de la historia y arquitectura local han estimulado una visión romántica de las grandes mansiones de la “aristocracia” y de los chalets de piedra. Pero, ¿qué decir con las moles de cemento que configuran hoy el paisaje urbano?, ¿quién las construyó, cuándo, cómo, por qué, para qué?

Al estudiar la “Mar del Plata vertical” que se desarrolla a una asombrosa velocidad entre 1930 y 1970, esta obra es una aguda indagación de los aspectos positivos y negativos de ese proceso y una invitación a pensar la ciudad del presente y del futuro.

 

Para cerrar el encuentro, Melina Puglia presentó "El apogeo de la ciudad de todos. Mar del Plata en los años sesenta", libro que compiló junto con Eisa Pastoriza, publicado por Eudem en versión digital y de libre descarga:

Este libro desarrolla diversos aspectos que configuraron el florecimiento de Mar del Plata como ciudad turística de masas, entre los años ‘60 y mediados de los ’70.

En ese contexto tienen tratamiento temáticas tales como las políticas públicas turísticas, la urbanización, las clases medias, el ocio, la construcción y las representaciones culturales. Durante la primera mitad de la década, la ciudad presentaba condiciones favorables para el desarrollo y consumación de ese experimento social, la confluencia en Mar del Plata del conjunto del espectro social de la sociedad argentina. Amplias playas con capacidad de absorción, infraestructuras, idóneas conexiones viales que permitieron el uso de transporte automotor y una gestión municipal atenta al progreso ciudadano. La ciudad ofrecía un cuadro de sociabilidad intensa, ponderado en innumerables fotografías y relatos y que la memoria ha retenido en recuerdos plenos de emociones y sentimientos. Estos cambios eran visualizados con certidumbre, confianza y la convicción en un continuo progreso y bienestar, que no era otro que el de la sociedad argentina. Muy pronto, al promediar la década, aparecieron los síntomas que mostraban los límites de dichas certezas: elevados costos turísticos, crisis económica y autoritarismo. También la deserción de algunos visitantes-los jóvenes y las élites- atraídos por otras opciones, acabaría por dar cierre a ese peculiar momento de la “ciudad de todos”.